¡Qué nos quiten lo bailao!

Acaba de acabar la pesadilla esperpéntica y oscurantista que ha sido la preselección española de este año. Cuando piensas que TVE ya no te puede sorprender más se supera a sí misma y consigue una gala anual "diferente" a las del resto de la aburrida Europa. ¡Aquí somos así!
Ya tenemos representante: el escenario de Düsseldorf lo pisará la gallega Lucía Pérez con el tema de Artesero: "Que me quiten lo bailao".
En este proceso que hemos vivido desde que acabaran las navidades nos hemos ido econtrando sorpresas cada día, nadie sabía muy bien como iba esto.
Esta ha sido la preselección de la Chenoa que nunca llegaba, del Francisco "latino" al que rechazaban y de la conspiración para llevar a Auryn al Eurofestival. Pero como siempre, en nuestra querida España (esta España mía, esta España nuestra) si no hay polémica, es que no somos nosotros y hay que preocuparse.
Vamos a tener en Alemania a la mejor intérprete que podíamos sacar de las tres opciones que teníamos pero es que la canción...la canción es otro cantar y Abrázame habría sido otra cosa, como deseaban sus fans, Anne, Reyes del Amor y la misma Lucía...era mucho más canción, era una balada preciosa, que podría haer sido defendida perfectamente y con mucho orgullo por nuestra flamante representante, pero claro, Boris no podía bailarla...y total que se ha liado el lío padre.
Lucía quería Abrázame y va a tener que defender la pachanguita de Que me quiten lo bailao del incansable Rafael Artesero. Porque España es así, y tras unos momentos de tensión en el jurado en rigurísimo directo para este patio de vecinos que es este país se ha decidido apostar por la faceta de la pandereta y la charanga. Porque en palabras de la misma Sole Giménez: "es muy español". Sí que lo es sí, la otra canción sería muy de Singapur.
Tengo un sabor agridulce después de esta noche, la canción es lo que se espera de nosotros en Europa al escuchar el nombre de España, y dentro de lo que cabe es un mal menor ante lo que podría haber supuesto haberle dado el pasaporte a los temblorosos "Aurynes" o a la desfasada y copia de alguna canción de la Naranjo Eos.
El caso es que como siempre podría haber sido algo mucho mejor y no ha sido y a nuestra Lucía le va a tocar "comerse" una canción durante tres meses hasta la cita del 14 de mayo que detesta y con la que no se siente cómoda ("que se nos tenga en cuenta también a los cantantes") y es que esto es España... que triste...no me pongo pajarita en la vida.
Mucha suerte y todo mi apoyo a nuestra representante de la que me siento muy orgulloso por haberle plantado cara a un jurado que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias salvando a Hammond y a Reyes. Magnífica Anne, empujando al jurado a que consintiera lo que el plató, Lucía y todos estábamos pidiendo a gritos ante un empate con segundas propiciado por el "garrulo" de Boris Izaguirre, adalid del glamour , tras su etapa de pantalones por los tobillos en Crónicas.

La canción que llevamos este año, es una pachanguita alegre, fresca y con la que vamos a presentar un "buen rollito" bastante interesante al Festival, a mí me gusta y es muy pegadiza, pero pensaba que este año España volvía a llevar una balada, que en verdad es lo que nos ha dado alegrías en Eurovisión. Pero como bien ha defendido Reyes del Amor (a la que estoy ansioso de leer en eurovision-spain.com), Eurovisión no es llevar cancioncitas que se puedan bailar.
¡A por ellos Lucía! Ojalá no se repita la historia eurovisiva para nuestro país la vez que se celebró el Festival en Alemania, no se lo merece Lucía... y yo me preguntaría también...¿Sería posible cambiar la canción?
¡Qué nos quiten lo bailao! y obrigado Galiza por no haber permitido que nos estampáramos claramente con Auryn...aunque Blas no tendría la culpa...es el único salvable de este grupo artificial.